Cómo proteger tu identidad digital

Las personas de menos de 60 años están perdiendo dinero online y una de las causas es el robo de su identidad digital.

En su forma más simple, tu identidad digital se compone de una gran variedad de datos que permiten seguir tu rastro y llegar hasta ti y tu identidad. Estamos hablando de las fotos que publicas en Internet, tus cuentas para compras online, tus cuentas de correo electrónico, tus números de teléfono, y tus cuentas bancarias o tu NIF.

Tu identidad digital la forman decenas de piezas de un puzle que corresponden a distintas cuentas, números de identificación, etc., y cuando se unen, componen tu imagen. Y por eso esas pequeñas piezas del puzle de tu identidad son objetivos muy atractivos para los hackers. Si consiguen encajarlas en el orden adecuado, puedes ser víctima de un robo o de un fraude.  

Las personas de menos de 60 años son las principales víctimas de fraudes

Los hechos hablan por sí solos: los menores de 60 años tienen el doble de probabilidades de denunciar la pérdida de dinero cuando compran online. Además, es cuatro veces más probable que reconozcan haber perdido dinero en una estafa de inversión, en la mayoría de los casos en fraudes relacionados con algún tipo de inversión en criptomonedas.

Y no sorprende que los adultos jóvenes sean víctimas de fraudes mediante estos métodos, ya que las probabilidades de que usen apps móviles para realizar pagos, transferir fondos entre cuentas, ingresar dinero y pagar facturas son mucho más altas que en que cualquier otro grupo de edad. En pocas palabras, gracias a los teléfonos y los ordenadores, es mucho el dinero que pasa por sus manos.

Protegerte de los hackers y los fraudes implica proteger tu identidad digital. Y, aunque puede parecer imposible, dada toda la información que incluye tu identidad digital, no lo es, sobre todo si la consideras como un puzle. Con una pieza aquí y otra allá, el hacker puede completar tu imagen completa (o al menos lo suficiente) para obtener lo que necesita para apoderarse de tu dinero. Por lo tanto, si quieres mantenerte a salvo, debes evitar que las piezas del puzle caigan en manos ajenas.  

Seis formas de proteger tu identidad digital de hackers y fraudes

En realidad no es tan difícil. Basta con adoptar algunos hábitos y usar un par de apps para evitar los quebraderos de cabeza y los daños económicos que provocan los fraudes. Esta lista incluye recomendaciones sencillas que puedes empezar a aplicar ya:

1. Empieza por lo básico: un software de seguridad

Protégete, protegiendo tus dispositivos. Instalar y utilizar software de seguridad en tus ordenadores y teléfonos permite evitar todo tipo de ataques y refuerza tu seguridad cuando navegas, realizas operaciones bancarias y compras en Internet. Hay que insistir en este punto: protege tu teléfono. Solo la mitad de las personas protegen sus teléfonos, a pesar de que los utilizan para llamar a un taxi, pedir comida, enviar dinero a sus amigos, etc. Usar el teléfono sin protección significa que estás enviando todo ese dinero por Internet de una forma que es muchísimo menos segura que si usaras protección online. 

2. Crea contraseñas seguras  

No nos cansaremos de repetirlo, y por una buena razón: las contraseñas seguras y únicas son una de las defensas más eficaces contra los hackers. Pase lo que pase, nunca las reutilices (ni siquiera con pequeños cambios) en las distintas plataformas y servicios que usas. No olvides actualizarlas regularmente (¡al menos cada 60 días!). Sí, puede que parezca engorroso, pero un gestor de contraseñas puede encargarse de todo. Y si tu plataforma o servicio ofrece el uso de autenticación de doble factor, no lo dudes. Es una capa más de seguridad que les complica mucho las cosas a los ciberdelincuentes. 

3. Mantén actualizados tus dispositivos

Las actualizaciones suelen aparecer en nuestros teléfonos y ordenadores casi todos los días; resiste el impulso de dejarlas para más tarde. Además de introducir mejoras, las actualizaciones normalmente incluyen importantes correcciones de seguridad. Así que, cuando tus dispositivos te avisen de que hay una actualización disponible, no lo dudes y actualiza de inmediato. De esta forma añades otra línea de defensa frente a los hackers que pretenden aprovecharse de fallos antiguos de tus apps.  

4. Piénsatelo dos veces antes de compartir

La gente comparte mucho más de lo que debería en las redes sociales, lo que las convierte en el lugar favorito de los hackers para conseguir piezas del puzle de tu identidad. Datos como tu fecha de cumpleaños, el nombre de tu primer colegio, el segundo apellido de tu madre o incluso la marca de tu primer coche pueden esconder la respuesta a preguntas de seguridad habituales y abrir la puerta a tus cuentas. Refuerza los ajustes de privacidad de tus cuentas para que solo tus amigos y familiares puedan ver tus publicaciones, y ten en cuenta siempre que la mejor defensa es no publicar ningún tipo de información confidencial. Evita también los “cuestionarios” que aparecen a veces en los hilos de tus redes sociales. Se trata de otro de los métodos que utilizan los piratas informáticos para obtener datos que pueden poner en peligro tu identidad. 

5. Tritúralo

Aunque ya somos muchos los que hemos dejado de utilizar las facturas en papel, todavía se producen robos de identidad a través de datos que se encuentran en documentos que se tiran a la basura. A nuestros buzones de correo postal siguen llegando facturas médicas, documentos fiscales y cheques. Es absolutamente fundamental que te deshagas adecuadamente de estos documentos una vez hayas terminado con ellos. En primer lugar, invierte en una trituradora de papel. Cuando ya hayas ingresado tu cheque online o hayas pagado la factura, tritúralos para que no se puedan leer tus datos personales o bancarios (y puedas reciclar el papel con seguridad). En segundo lugar, si vas a estar fuera durante un tiempo, pide a un amigo que recoja tu correo o solicita al servicio postal que lo retenga temporalmente. Así evitarás que los ladrones se lleven información personal de tu buzón mientras estás fuera. 

6. Comprueba tu solvencia crediticia  

Aunque creas estar seguro de que no hay de qué preocuparse, no dudes en comprobar regularmente tu calificación crediticia. Alguien podría estar haciéndote pagar por cosas o servicios que no has comprado sin tú saberlo. Dependiendo de dónde vivas, hay diferentes agencias de informes crediticios que supervisan la solvencia de los particulares. En EE. UU., las principales son Equifax, Experian y TransUnion. Además, en EE. UU., la ley Fair Credit Reporting Act (FCRA) obliga a sus agencias a proporcionarte un informe crediticio gratuito al menos una vez al año. Canadá, el Reino Unido y otros países también ofrecen formas de obtener un informe crediticio gratuito. Explora tus opciones, puede que te sorprendas. 

¿Cómo saber si me han robado la identidad?  

Como acabo de mencionar, la forma más rápida de saber si te han robado la identidad es comprobar tu solvencia crediticia. El robo de identidad no se limita al dinero. Los delincuentes roban identidades para alquilar pisos, acceder a servicios médicos e incluso conseguir trabajo. Todos esos datos pueden aparecer en un informe crediticio, como cuando una dirección desconocida aparece en una lista de tus residencias actuales y anteriores o cuando una empresa para la que nunca has trabajado aparece como empleador. Si detectas algo extraño, investígalo inmediatamente. Muchas empresas tienen departamentos de lucha contra el fraude con procedimientos que pueden ayudarte a limpiar tu reputación si descubres un cargo o servicio facturado indebidamente a tu nombre.

Otros signos son mucho más evidentes: una llamada de una agencia de recobro o una notificación de la Agencia Tributaria en tu buzón de correo. Situaciones como estas indican claramente que hay algún problema grave. En ese caso, denúncialo inmediatamente:

Muchos países ofrecen servicios públicos similares. Con una búsqueda rápida descubrirás la dirección correcta.

Otra medida que puedes tomar es pedir a cada oficina de crédito que congele tu crédito, lo que impedirá que los delincuentes utilicen tu información personal para abrir nuevas líneas de crédito o cuentas a tu nombre. Las alertas de fraude también te ofrecen otra línea de protección. Encontrarás más información al respecto aquí. 

Cómo mantener el control de tu identidad digital

Teniendo en cuenta el gran número de datos que componen tu identidad digital, una forma más general de mantenerla a salvo consiste en hacerte esta pregunta: ¿qué ocurriría si esta información cayera en manos de un extraño? También es de gran ayuda ser consciente de que hasta una mínima parte de información no protegida puede facilitar fraudes o robos en tu nombre; una factura sin triturar o un inofensivo cheque de varios euros pueden dar a un delincuente la pieza del puzle que le falta. Puedes proteger tu identidad digital evitando que esas piezas del puzle caigan en manos ajenas.

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