Apoyo a las mujeres más afectadas por la pandemia

Apoyo a las mujeres más afectadas por la pandemia

Solo el 57 % de las mujeres estadounidenses están trabajando o buscando trabajo actualmente. Se trata de la cifra más baja desde 1988.

Este dato tan revelador es solo uno de los muchos que ilustran un marcado contraste en estos tiempos difíciles: de los millones de personas cuyo empleo se ha visto afectado por la pandemia, las mujeres han sido las más perjudicadas.

Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. (BLS), unos 2,3 millones de mujeres de ese país perdieron su empleo entre el inicio de la pandemia y enero de 2021. Durante ese mismo período, el incremento en el desempleo masculino fue de 1,8 millones.

En todo el mundo, los datos extraídos de varios indicadores de ingresos en China, Italia, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido, junto con los de EE. UU., sugieren que las mujeres tienen un 24 % más de probabilidades que los hombres de perder su trabajo permanentemente debido a la pandemia.

Siendo el Día Internacional de la Mujer, es momento de preguntarnos cómo podemos evitar que esta cantidad desmesurada de trabajadoras con talento se queden sin empleo.

La pérdida de empleo durante la pandemia afecta a las mujeres más que a los hombres

Al analizar el cómputo global, vemos otro dato destacable: solo en EE. UU se han perdido un total de 4 637 000 empleos femeninos desde que empezó la pandemia. Eso incluye mujeres en cargos ejecutivos, en el comercio minorista, en educación y en el sector público, entre muchos otros. Aproximadamente un tercio de las mujeres de 25 a 44 años manifestaron que el motivo de la pérdida de empleo había sido el cuidado de los niños.

Eso, combinado con el hecho de que a nivel mundial, las mujeres realizan al menos dos veces y media más trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que los hombres, una brecha salarial de género del 23 %, y que las mujeres en Europa están sufriendo pérdidas salariales del 8,1 % frente al 5,4 % de los hombres, permite entender por qué millones de mujeres han tenido que abandonar su puesto de trabajo para encargarse de sus hijos y del hogar, incluso en los casos en que hay empleos disponibles.

No es que esto deba sorprendernos. Por ejemplo, solo unos años antes de la pandemia, los datos mostraban que pocos estadounidenses querían volver a los roles tradicionales de la mujer en el hogar y el hombre en el trabajo. Sin embargo, una investigación de la empresa Pew Research reveló que, en situaciones críticas, suelen ser las mujeres quienes hacen concesiones cuando las necesidades en el hogar entran en conflicto con el trabajo. Ahora vemos que esta sensación se ha hecho realidad. Y a gran escala.

En pocas palabras, a media que avanzaba la pandemia, la vida laboral de las mujeres iba quedando arrinconada.

Apoyo a las mujeres que trabajan de forma remota durante la pandemia

Dentro de estos hechos y cifras, me gustaría centrarme en las mujeres que trabajan de forma remota mientras cuidan a sus familias, ya sean hijos, personas mayores o ambos a la vez. ¿Qué podemos hacer como jefes y compañeros de trabajo en nuestras empresas para apoyarlas mejor?

Ya en junio, Forbes informaba de que las mujeres estaban reduciendo sus horas de trabajo a un ritmo de cuatro a cinco veces mayor que el de los hombres, supuestamente para sacar adelante un hogar que se ha convertido en guardería, colegio, oficina y centro de cuidado de mayores. El artículo aludía al efecto dominó que pueden provocar estas reducciones, como la tendencia a buscar trabajos menos exigentes, una mayor vulnerabilidad a los despidos y una menor probabilidad de ascenso. De hecho, un estudio realizado en EE. UU. el verano pasado reveló que el 34 % de los hombres con hijos en casa recibió un ascenso mientras trabajaba de forma remota, frente al 9 % de mujeres en la misma situación.

En una entrevista con la BBC, Melinda Gates, codirectora de la Fundación Bill y Melinda Gates, expresó brevemente sus puntos de vista sobre esta circunstancia: “Espero que la Covid-19 nos obligue a afrontar lo insostenible que es la situación actual entre hombres y mujeres, y lo mucho que nos perdemos cuando las responsabilidades de las mujeres en el hogar limitan su capacidad para contribuir fuera de él. La solución pasa por el compromiso de los Gobiernos, las empresas y las familias para hacer las cosas de manera más igualitaria”. Yo estoy de acuerdo. Este es un problema que debemos resolver juntos.

Cómo pueden ayudar las empresas y los jefes

En cuanto a la implicación de las empresas y los jefes en la solución, me llamaron la atención algunas de las ideas recogidas en la revista The Harvard Business Review. El artículo “Tres formas en que las compañías pueden retener a las madres trabajadoras ahora mismo” se centra en lo que pueden hacer las empresas para apoyar mejor a las mujeres que tienen en plantilla. Los tres ingredientes que proponen los autores son:

  • Proporcionar certeza y claridad, siempre que sea posible.
  • Fijar expectativas de trabajo adecuadas.
  • Seguir mostrando empatía.

Si pensamos en los factores estresantes que nos rodean actualmente, esta sencilla receta alude a un trasfondo bien conocido. Hoy, quizá más que nunca, es necesario conocer a los empleados para alinearse con ellos. Una frase de la conclusión me llamó especialmente la atención:

“Los directivos de las empresas ya no pueden seguir fingiendo que sus empleados no tienen vidas fuera de sus puestos de trabajo: los límites entre lo doméstico y lo laboral se han difuminado y no se reconstruirán de un día para otro”.

Veo esto prácticamente todos los días cuando me reúno con mi equipo. Seguro que todos lo hemos visto. Ahora que las cámaras de nuestros portátiles están encendidas durante varias horas al día, todos hemos vislumbrado la vida de nuestros compañeros fuera de la oficina, retrasando la reunión de las 7 a las 8 para poder desayunar rápidamente con la familia o saludando a los pequeños de la casa que se cuelan en las videollamadas. Lo que quizás no veamos es lo difícil que podría ser esto para algunas personas a largo plazo.

Volvamos a la idea de proporcionar certeza y claridad, fijar expectativas de trabajo adecuadas y mostrar empatía. Si bien no son la solución para todo, nos ofrecen un punto de partida. Como empresas y jefes, si podemos minimizar las variables desconocidas, adaptar las cargas de trabajo y mostrarnos comprensivos mientras avanzamos por el camino hacia la recuperación, podremos conservar a los empleados y, al menos, mitigar algunos de los factores estresantes que están obligando a las mujeres a dejar sus trabajos y carreras profesionales durante esta pandemia. El liderazgo empresarial siempre se ha basado en eso. Y en momentos excepcionales como los que estamos viviendo, estoy convencido de que debería convertirse en la norma.

Cómo podemos ayudar como amigos y compañeros de trabajo

Del mismo modo, como compañeros de trabajo, es muy recomendable comunicarse con los miembros de nuestro equipo, con los proveedores, con los clientes y con otras personas de nuestra red aunque solo sea para preguntarles qué tal lo llevan. He tenido muchas reuniones en las que comentamos de manera relajada lo que sucede fuera del trabajo. La experiencia compartida del teletrabajo ha ido creando nuevas costumbres y quizá comenzar las reuniones con una charla amigable e informal es una de ellas.

Es una oportunidad para escuchar, para que nos sintamos mejor por ser escuchados y para que podamos identificar aspectos en los que quizá podamos ofrecer algo de apoyo.

Algunos desafíos que afrontan las mujeres están más allá de nuestra capacidad de ayuda de primera mano, pero podemos identificarlos cuando los vemos.

Frenar la tendencia juntos

Cuando las mujeres de todo el mundo abandonan sus puestos de trabajo, están sacrificando sus medios de vida y sus carreras profesionales, además de privar a las organizaciones de su gran talento. Como todos sabemos, la pandemia está teniendo un enorme coste humano, un coste que las mujeres están pagando más que nadie.

Un problema de esta envergadura solo lo podemos afrontar unidos. Aparte de las soluciones más generales que puedan surgir, hay algo que las empresas y los compañeros de trabajo de las mujeres pueden hacer ahora mismo: acercarse, escuchar y actuar. Estos días exigen más empatía y adaptación que nunca, especialmente para las mujeres trabajadoras que lo están dando todo y más.

Si le interesa unirse a una plantilla que se esfuerza por comprender y apoyar a las mujeres en el lugar de trabajo, infórmese sobre las oportunidades de empleo en McAfee.

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