Por qué confiscar el teléfono a tu hijo adolescente ya no funciona

Como padre o madre de un preadolescente o un adolescente, sabes lo difícil que resulta imponer límites y cumplir las consecuencias. Te has esforzado mucho por establecer normas básicas, pero dada la naturaleza humana y el difícil camino hacia la madurez, no cabe duda de que las cuestionará, sorteará e incluso se las saltará. Ante esto, probablemente tu primer impulso sea quitarle el teléfono para impedirle hacer lo que más les gusta, es decir, comunicarse con sus amigos.

La pérdida de la dinámica familiar

Confiscar el teléfono a tu hijo o hija plantea algunos problemas y el primero lo conoces bien: también es duro para ti, ya que ahora eres tan dependiente de la comunicación instantánea como ellos. Además, si conduce algún vehículo o pasa el día fuera de casa, el teléfono añade una capa de seguridad a la dinámica familiar.

La red de comunicación alternativa

El segundo obstáculo, seas o no consciente, es que con o sin sus teléfonos, la mayoría de los jóvenes han creado una red de comunicación alternativa que garantiza que perder el teléfono no suponga más que un pequeño contratiempo. Para que quede claro, este artículo no defiende un “nosotros contra ellos”, ni ofrece una estrategia para conseguir salirnos con la nuestra. Simplemente pretende proporcionar una dosis de realidad que pueda influir en las decisiones que tomamos los padres a diario.

Estos son algunos medios que usan los jóvenes para mantener su vida social sin usar sus teléfonos:

Portátil o PC

Hoy día los centros educativos exigen al alumnado conectarse para recibir las tareas a través de plataformas educativas y correo electrónico, así que es probable que tu hijo o hija te pida permiso para conectarse a la portátil o la PC familiar para hacer los deberes. Al hacerlo, también se conectará a sus aplicaciones favoritas, SnapChat, Twitter o su cuenta de Instagram, para hablar a sus anchas con sus amigos. Solución: controla el tiempo de los deberes.

Consejo profesional de McAfee: nuestros hijos, que han crecido en la era digital, están profundamente inmersos en la cultura de los smartphones. Aunque lo que tú desees sea desconectar y retomar un modo de vida más sencillo, conseguir esto y, al mismo tiempo, garantizar que sigan siendo académicamente competitivos es verdaderamente difícil. Descubre cómo promover un uso más inteligente de sus teléfonos, aprovechando el tiempo de los deberes, con nuestros consejos.

Ipad y tablets

Los adolescentes también tendrán que leer o hacer tareas escolares con la iPad o la tablet y no puedes poner obstáculos a su aprendizaje, ¿verdad? Incorrecto. También en este caso ellos pueden descargar sus apps de redes sociales favoritas o aplicaciones de chat que probablemente tú ni siquiera conoces, como Kik Messenger. Solución: controla los deberes y el tiempo de televisión.

Teléfonos y iPods prestados

No quiero que parezca que tus hijos pertenecen a una especie de mafia tecnológica adolescente, pero si quieren conservar sus teléfonos antiguos es por algo. Aunque esos iPhone y Android no funcionen ya como teléfonos, las aplicaciones de redes sociales y de mensajes de texto que contienen siguen operativas, y no te quepa duda de que sabrán aprovecharlas. Solución: 1) Si limitas el uso del smartphone, tienes que quitarles también el iPod (música). 2) Sé franco: pregúntales si tienen un teléfono prestado. 3) Comprueba si guardan un teléfono en la mochila.

Consolas de juego y TV

Las consolas tienen herramientas de chat y mensajería que los niños utilizan continuamente. Además, ahora las redes sociales y la televisión se solapan, por lo que, a través de la mayoría de los televisores, es fácil acceder a todas las aplicaciones que tienes en el teléfono. Solución: 1) Abre la configuración de red de tu televisor y protégelo con una contraseña. 2) Controla los dispositivos de comunicación. 3) Confisca todos los dispositivos de comunicación; no solo el teléfono.

 

Mensajes en privado

En cuanto a las publicaciones en redes, parece que lo tienes todo bajo control. Lo has comprobado y tu hijo no publica en Facebook, Instagram ni Twitter, y tú tienes su teléfono, así que Snapchat está descartado, ¿verdad? Pues no tanto. Si tus hijos se conectan a sus aplicaciones a través de alguno de los dispositivos mencionados anteriormente, lo más probable es que ya sepan que no deben dejar sus comentarios abiertos al público. Lo que harán será utilizar la mensajería privada de X, Instagram y Snapchat (accediendo a través de otros dispositivos) para enviar mensajes de texto y comunicarse, a pesar de haber perdido su smartphone personal.

Enfoques disciplinarios alternativos

Entonces, ¿cuál es la alternativa a confiscar los dispositivos tecnológicos de tu hijo o hija? Si eres consciente de los inconvenientes mencionados, confiscar los dispositivos puede funcionar (aunque esto implique un buen enfado del adolescente). Si tiene más de 16 años y le encanta conducir, limitar esto puede ser una opción excelente.

Los expertos coinciden: unas normas y consecuencias firmes, junto con una comunicación igualmente clara son los ingredientes para la mejor disciplina. Si las normas familiares son imprecisas o solo se plantean cuando el menor mete la pata (por ejemplo, saca malas notas, no cumple sus responsabilidades o tiene mal comportamiento), le costará mucho seguir por el buen camino. Busca oportunidades para conseguir que tu hijo asuma la responsabilidad de sus errores.

Potenciar la responsabilidad

En realidad, la única forma de garantizar un comportamiento adecuado, tanto en la red como fuera de ella, es fomentar una actitud responsable. Este es el aspecto clave de la crianza, que prepara a tu hijo para el éxito en el mundo real. La capacidad de autocontrol, sobre todo cuando se trata de actividades en línea, es una competencia increíblemente valiosa que lo acompañará durante toda su vida. La mejor forma de enseñar responsabilidad es con el ejemplo. Demuestra con tus actos y decisiones que eres digno de su respeto, y ellos seguirán tus pasos.

Hay que enseñar a los adolescentes a comportarse en forma responsable en Internet, a proteger su intimidad, a evitar las estafas y a enfrentar el ciberacoso. Deben comprender las consecuencias de un comportamiento inadecuado en Internet. Una buena forma de enseñar la ciberética es mantener conversaciones periódicas sobre estos temas. Crea un entorno abierto en el que se sientan cómodos para compartir sus experiencias y preocupaciones. Después, muéstrales cómo responder adecuadamente ante estas situaciones.

La importancia de la comunicación

La comunicación es la piedra angular de una relación sana entre padres e hijos. Es importante crear una atmósfera de confianza, franqueza y respeto. Es fundamental hablar con regularidad sobre el protocolo adecuado en redes sociales y el comportamiento responsable en Internet. Dedica tiempo a hablar sobre qué hace en Internet, con quién se comunica y qué tipo de contenido comparte. Plantea abiertamente cuáles son tus expectativas y por qué. Si entienden en que se basan las normas, será más probable que las respeten.

Una comunicación permanente también te permite mantenerte al día sobre el cambiante panorama digital por el que navegan los adolescentes a diario. A través de un diálogo abierto, puedes estar al tanto de las últimas aplicaciones, juegos y plataformas de redes sociales que utilizan. De este modo, estarás informado acerca de las novedades tecnológicas que puedan afectar a su seguridad en Internet.

 

El poder de la confianza

La confianza funciona en los dos sentidos. Aunque es importante que tu hijo confíe en ti como padre, es igualmente importante que tú le demuestres que confías en él. Esto significa concederles cierto grado de libertad y privacidad en Internet, dejando claro al mismo tiempo que esperas que actúen con responsabilidad. Confiar en que tus hijos tomarán buenas decisiones en Internet les demuestra respeto, lo que los animará a mostrarse dignos de él.

Sin embargo, esta confianza no equivale a una fe ciega. Se trata de establecer límites y expectativas y luego dejar que demuestren que son capaces de cumplirlos. Si se rompe la confianza, es importante hablar de por qué ocurrió, de las consecuencias y de cómo reconstruirla. Generar confianza es un proceso, y requiere tiempo y constancia.

Reflexiones finales

Gestionar la vida digital de un hijo o hija adolescente no es fácil, pero con una comunicación abierta, respeto, confianza y un fuerte énfasis en la responsabilidad personal, navegaréis con éxito por este mundo digital. A fin de cuentas, no se trata de controlar todas y cada una de sus interacciones en Internet, sino de brindarle los conocimientos, habilidades y valores que necesita para navegar por este entorno digital, que es cada vez más complejo, de manera segura y responsable. Confiscar su teléfono es, en principio, una solución fácil, sin embargo, es mucho más eficaz guiarlos para que se conviertan en ciudadanos digitales responsables.

Actúa ya para proteger el viaje digital de tus hijos y bríndales los medios para prosperar en la era digital, además de obtener tú el control y la confianza que necesitas como padre. Explora ahora los controles parentales de McAfee y crea un entorno digital seguro y enriquecedor para los adolescentes.

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